jueves, 2 de junio de 2016

Una Emoción nueva



No, no hay un error ortográfico en el título; esa Emoción no es la genérica alteración del ánimo sino el nombre propio de la fiesta del vino que más me gusta. Y estos gallegos ya empiezan a ser como los vascos del chiste, así que hacen su Emoción donde les da la gana. De tal modo que este año Tui no es en Tui, ni siquiera en territorio del estado español. Poca cosa, nada más cruzaremos un puente y nos reuniremos en Valença muchos amigos en torno a mucho vino... y lo que surja.

En fin, que obligados por las obras en el claustro de la catedral de Tui y después de muchas vueltas, de problemas, de dificultades, han encontrado el que los organizadores creen mejor sitio y se ha preparado todo para que, en un ejercicio de gatopardismo lúdico, se salve lo esencial de la Emoción.

Dejamos Tui pero no del todo, que hay alojamientos colaboradores, habrá autobús para desplazarnos a Valença y volver y sobre todo habrá esa tarde previa que se hace noche mágica, imprescindible, de encuentro informal de algunos participantes. No os engaño: egoístamente nos viene muy bien a los que vamos de fuera de Galicia. Así nació casi sin querer y ahora es parte esencial de la fiesta.

Por todo esto le toca ser nueva a la Emoción, porque tiene que cambiar de emplazamiento y de costumbres, de escenario y de pautas, cambiar casi todo para que todo siga igual, para que nos volvamos a ver tantos amigos, tantos conocidos, tantos aficionados y tantos y tan buenos elaboradores de vino; para que compartamos esos vinos nuevos, para conocerlos, disfrutarlos, comentarlos. Para que lo que hace especial a la Emoción siga intacto, con o sin "marco incomparable", ya que lo incomparable es el carácter de este encuentro, amigos antes que competidores o clientes, afición y pasión por delante de los negocios. 

La apuesta conlleva riesgos, quién sabe qué traerán esos cambios, quíén se atreve a decir a partir de aquí cómo será la VII. Por eso lo seguro es que se trata de una nueva Emoción, en variadas acepciones del término. Lo primero, lo más importante, es que ya está aquí la VI, la de este año, la vigente edición. Lo segundo es que estrena formato. ¿Será lo tercero el que algún cambio venga para quedarse? No adelantemos nada, no merece la pena. Lo que merece todos los esfuerzos es volver este año y seguir empujando desde ese domingo, cuando nos despidamos, para poner en pie la VII, ya sabremos en su momento con qué condiciones. Lo que seguirá plenamente vivo es lo que nació en 2011, vivo, no importa si crece o si se mueve, la vida es otra cosa, es más que esos cambios. Y volveremos a sentir la misma emoción -ahora sí me refiero a la alteración del ánimo- para bien, un año más, cobijado del sol en un lugar lleno de buenas gentes y buenos vinos, lo sé. 

Así que me despido diciendo hasta pronto a todas esas personas a las que volveré a encontrar allí, a las que ya espero con ganas. Nos vemos, no en el mismo sitio pero sí con el mismo entusiasmo, con el mismo deseo, con el mismo propósito. 

Salud.

 

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