viernes, 3 de mayo de 2013

La amistad se vive y se bebe


No me gustaría que el paso de los años devaluase ese concepto tan valioso para mí, amistad. Y eso que lo ha hecho, vaya que sí, pero a veces me apetece rebelarme, volver atrás, recuperarlo. Bueno, no me entretengo ahora, que ese es otro tema. 

El fin de semana pasado me decidí a abrir esta botella, después de haber tomado otro vino de Rafa Bernabé, El Morrón, y de haber estado hablando de otros suyos. Con ese nombre parece que el vino predispone. Predispone también que lo tengo como resultado de un gesto amistoso, de un impulso de generosidad de Rafa cuando no me conocía de nada. No sé, será una tontería, será imaginación, literatura, pero había un pálpito favorable antes de abrirlo.

Y siguió pasando lo mismo después. Retiro el corcho, lo sirvo, veo ese color poco intenso -ya lo sabía, lo esperaba- pero no lo asocio a ninguna región vinícola fetiche, me gusta por sí mismo. Noto una nariz fresca, frutal, fácil, cercana. Y lo mismo en la boca, entra bien, pide más, invita. Tuve que esforzarme para que un tercio de la botella quedase para el día siguiente. Sí, me gustaba, aquel vino me había caído bien. Y entonces lo decidí, iba a escribir sobre él pero iba a evitar los rasgos típicos de cata. No los practico mucho, la verdad, no reduzco la opinión a una ficha práctica o a datos más objetivos, me dejo llevar por lo que me provocan en el gusto, pero esta vez era algo más. El vino se hizo persona y ciertas personas se hicieron vino, estaban allí, recordamos, hablamos. Aquel vino me caía bien, podíamos ser amigos.

Sí, hay muchos datos, y son interesantes. Esa uva rojal, ¿la conocíais? Esa capa media baja pero con el rojo cereza identificado. Esos 14'5 °, que dónde están, que no los notas ni al tomarlo ni después. Pero yo no quiero hablar de todo eso, a los amigos no los diseccionas delante de los demás, los aceptas como son y los defiendes. 


¿Datos? La ficha técnica en su web o las catas de gente que se toma esto muy en serio, profesionales o no, os dirán más, bastante, mucho. Yo no, yo no voy a describir a mi amigo, quiero presentároslo para que lo entendáis, para que lo disculpéis si hace falta, para que le cojáis cariño a ser posible.

El exigente dirá que falta complejidad, sacará tachas. Ni siquiera voy a caer en la provocación si me lo comparan con su propia familia. Ya son varios vinos Bernabé Navarro los probados. Ese Beryna que tantas veces me salvó del compromiso de no saber qué escoger. Los Cipreses de Usaldón, que me hubiera hecho perder apuestas sobre su origen por lo fresco que es. El festivo Musikanto y su peculiar elaboración. Ese El Morrón de hace pocos días, pendiente de una prueba más calmada. Vale, a todos ellos -salvo quizá a Musikanto- los puedo describir y clasificar, puedo decir algo concreto. De este no, este me tocó alguna fibra sensible y sólo puedo decir que me gustó, mucho; sólo puedo tener para él buenas palabras, amables. 

Basta, hoy no hay parte intelectual en el vino, no con La Amistad, hoy predomina lo pasional. Seguro que no es el vino más rico enológicamente hablando de los de su autor, pero a mí es el que más fácilmente me ha cautivado hasta ahora, no hemos tenido que darnos demasiadas explicaciones, es como si nos conociéramos hace tiempo.

Y méritos no le faltan. Ya os digo que me lo bebí sin darme cuenta, solo, pero, amigo de sus amigos, no les falló a ninguno. Acompañó bien a embutidos modestos; fue agradable con unas lentejas sólo con ingredientes vegetales, no mostró rudeza; se entendió con el pan de maíz con pipas de Florencio y no quedó mal delante de un refinado Comté  de Jean d'Alos.


Lo dicho, a los amigos se les disculpa lo que haga falta, se los quiere, se los defiende. Las peripecias de la caja en la que esta botella llegó a mi casa,  aquel encuentro a ciegas con Rafa y su familia, las botellas abiertas desde entonces, algunas para mí nada más y otras compartidas... La amistad está presente en todo esto, porque es importante en mi vida. Y esta, la botella de La Amistad 2011, está grabada ya en mi memoria gustativa como algo especial, algo que me apetece contaros, algo que quiero que sepan mis amigos. Si tenéis la oportunidad, probadlo. No le hagáis preguntas extrañas, sólo relajaos y disfrutad. De vivir, de beber. Como amigos.

 

27 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. Respetando tu propuesta de no escudriñar el vino me limito a decir que no he probado este pero si los Cipreses de Usaldón 10, me gustó mucho. También probé ese Morrón 11, no me gustó aunque le debo otra prueba porque en el orden de prueba que le tocó el otro día creo que le penalizó un poco, veníamos de 3 vinos con estructura, generosos en alcohol, con volumen..

    ResponderEliminar
  3. Los vinos de Viñedos Culturales me están gustando a cada cual, más.

    Saludos,

    Jose

    ResponderEliminar
  4. Esto que escribes me vuelve a reafirmar la idea de que no se puede generalizar en que los vinos de tal zona son todos malos y que los vinos de otra zona son todos buenos.

    Este lo tengo en casa pendiente para probar. Y para dar envidia, lástima de emoticón de malo ;-), me quedan en casa 15 vinos distintos de Rafa que irán cayendo poco a poco :-). Los tres que he probado hasta ahora, magníficos.

    ResponderEliminar
  5. Respuestas
    1. VC Fuego 2009, El Carro 2010 y Tinajas de La Mata 2011.

      Eliminar
    2. Se me olvidaba. Eran cuatro. Beryna 2010 también me gustó mucho y sobre todo para ser del 2010.

      Eliminar
  6. Sibaritastur, tú fuiste el autor y el testigo de esa provocación, de esa apuesta que no existió con Los Cipreses de Usaldón. Sólo tienes que recordar mi expresión cuando descubrí cuál era (y de dónde) el más fresco de los dos vinos que bebimos ese día.
    En cuanto a La Amistad, creo que te atraería antes que El Morrón, aunque después valores cada uno como creas que debes.

    ResponderEliminar
  7. Jose, sin duda son vinos con mucho que contarnos. Y este comentario sirve también para Toni. A mí me quedan menos pero alguno hay aún. Y me haré con más, sin duda. Y me recuerdas con tu repaso que no cito en la entrada El Carro 2010, cuando su acidez eléctrica y ese dulce integrado me abrieron unos ojos como platos. Otro gran vino de Rafa Bernabé.

    ResponderEliminar
  8. El Carro está tremendo, desde luego.
    Como he comentado allá y acullá los vinos de aquella zona y más concretamente de Rafa Bernabé no me gustaban. Con Los Cipreses de Usaldon cambió por completo mi forma de verlos y los demás van en esa línea.

    Saludos,

    Jose

    ResponderEliminar
  9. Sí, Rafa abre caminos distintos, sin duda. Y la mayoría me están gustando, quiero seguirlos.

    ResponderEliminar
  10. Bueno, deberes hechos para estar mañana en Placeres mundanos, en Radio 3, a las 10:00. Esperemos un buen intercambio.

    ResponderEliminar
  11. Muy bueno, Jorge. En lo que no coincido mucho es con la selección musical. :-):-)

    ResponderEliminar
  12. Gracias, Toni. Ha sido interesante, agradable. Espero que para los oyentes haya sido ameno. Lo de la música ya lo imaginaba :-))

    ResponderEliminar
  13. Los vinos de Rafa Bernabé son sin duda una de esas cuentas pendientes que tengo que saldar sin mucho tardar. Ahora no lo puedo tener más fácil, estando como están a 100 mts de mi casa.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. A mi me quedan más lejos, pero utilizando una cosa que se llama Internet y otra que se llama transportista me los pusieron en la puerta de casa en un plis plas. ;-)

      Eliminar
  14. Estoy seguro de que unos cuantos te llamarán la atención. Ya nos dirás.

    ResponderEliminar
  15. Felicidades por la entrevista de ayer en Placeres Mundanos, el placer fue escucharte.

    ResponderEliminar
  16. Pues no, no conocía esa uva; pero por tu descripción creo que podríamos llegar a ser grandes amig@s.

    ResponderEliminar
  17. María, como mínimo, es un vino amable, simpático. Si no llega a caerte tan bien, si no llegáis a ser amigos íntimos, al menos no será antipático, nunca enemigo. Además, viniendo de las manos que viene, no puede haber mala leche ni doblez.

    ResponderEliminar
  18. Buena entrevista!!!

    Acabe de escucharla a las 2 de la mañama, y como dijo tony, tus opciones musicales en los 55 minutos no me gustaron demasiado, jajajajajajaja.


    Saludos.
    Ovetum.

    ResponderEliminar
  19. Gracias, Ovetum. Sobre lo de la música, ya sabes: cuestión de gustos. Por eso no escribo un blog sobre música, estamos más de acuerdo con las cosas del comer y el beber :-))) Eso sí, el que lo dijo fue el de siempre, Toni, con "i" latina; no su tocayu Tony. Que no se nos vayan a enfadar, ninguno de los dos ;-)

    Un saludo.

    ResponderEliminar
  20. Esa ausencia de términos para describir lo que te aportó o lo que te quiso enseñar ese vino es la mejor descripción posible que se podía hacer de el. Porque describe claramente el famoso "no tengo palabras". Perfecto.

    Ya me tarda el cruzármelo para probarlo....

    ResponderEliminar
  21. Gracias, José Luis. Más que no tener palabras (asombro) es no querer tenerlas, como no las tienes para "analizar" a un amigo, sino que lo aprecias y lo demuestras (empatía). Y yo me haría el encontradizo para poder probarlo ;-)

    ResponderEliminar
  22. José Luis con bajar a Pontevedra te lo encuentras o si no intentare cruzarte lo cuando suba yo.

    ResponderEliminar
  23. ¿Ves? Una buena noticia: proveedor en Pontevedra. Gracias, Juncal.

    ResponderEliminar