miércoles, 18 de septiembre de 2013

Hacer las cosas muy bien y tener mala suerte. A Tafona en 2013



Mis reacciones algunas veces empiezan a recordarme a las de los viejos, a esos casos en que alguien observa algo a lo que no está habituado y se queda desconcertado, sin comprender, incluso irritado. Porque lo más probable es que muchos me puedan dar explicaciones para esto pero yo no lo entiendo. 

A Tafona tiene una sala acogedora y un servicio atento y amable, está ubicado justo en el cinturón que rodea el casco antiguo de Santiago de Compostela, junto al mercado, y ofrece un menú de muy buena factura, de alta calidad, a un precio imbatible para esos platos. Nacho y Lucía, aunque jóvenes, llevan ya tiempo en esto y han pasado por excelentes cocinas, por la mejor escuela. 

Pues bien, este año los visité dos veces, acompañado de amigos comunes, y en la primera pudimos comprobar lo que después hablamos en la sobremesa: viernes a mediodía y sólo dos mesas de dos personas cada una, la de mi amigo José Luis Louzán y mía y la de una pareja ¿inglesa? de edad avanzada y alojados en el hotel que acoge el restaurante. Es cierto que el martes siguiente llenaron en ese mismo turno pero los detalles que nos contaron no son alentadores. No me parece Lucía Freitas una persona que se rinda fácilmente así que doy crédito a todas sus palabras de aquel día, no creo que fuera exageración. Y desde luego fue bastante inquietante lo que dijo, para dudar cuánto tiempo veremos abierto este local.

Ya conocía la calidad de su cocina desde una visita anterior, la tengo reseñada en el blog, en un artículo recuperado recientemente. Esta vez nos ceñimos al menú. Aperitivo de la casa cuidado, pan abundante de muy buena elaboración, dos platos, bebida básica y postre por 15 euros, con la consideración de que emplean productos de temporada frescos que dan resultados excelentes. A partir de ahí que cada uno compare y saque sus conclusiones. Pues no funciona, en una ciudad con tantos visitantes como Santiago no funciona, con muchas opiniones favorables en distintos medios no funciona, no lo entiendo.

Y lo siento, yo no tengo explicación ni solución para esto, sólo puedo sumarme otra vez a esas opiniones buenas sobre su trabajo, sólo apuntar que es un sitio muy agradable, recomendarlo a quien me pregunte... volver cuando regrese a Santiago si el proyecto sigue en pie. Estoy seguro de que en cualquier caso Lucía y Nacho tienen futuro en la cocina y continuarán pero me encantaría que fuera en esta casa, en esta misma línea.

En fin, esperemos que sea otra de esas situaciones de extraña explicación que veo a veces en la hostelería, que sea una falsa impresión y que podamos seguir disfrutando de platos como los que esos dos días compartí con Louzán en una ocasión y con Daninland y compañía [;-)] en otra. De verduras bien tratadas y reconocibles, de platos frescos, del rico bonito de Burela, de carnes en su punto, de postres mimados. Esperemos que el buen trabajo de estos profesionales de cocina y sala, trabajo intenso además, tenga más recompensa que la de unas palabras agradecidas, amables. 

Lo deseo así porque creo que lo merecen, de verdad, porque veo una parte injusta, nada objetiva, en lo que puede perjudicar al restaurante. Y lo deseo egoistamente porque me quedaría sin uno de los sitios donde mejor he comido en mis viajes. Y quizá en el que menos he pagado en relación con la satisfacción recibida, así de claro. 

Pero aquí termina lo que yo puedo hacer. Comí allí, quedé satisfecho y lo cuento. El resto se me escapa, la explicación y lo que se pueda hacer por arreglar los problemas. Cada día me siento un poco más débil para entender y afrontar los vaivenes de este mundillo, el de la gastronomía y el vino. No soy idiota, entiendo las condiciones económicas, pero no son siempre la razón, hay más. Y no esperéis nada del mercado demiurgo, la llamada crisis no eliminará a los peores, nada de eso, será injusta y cruel, estéril, destructiva.

En fin, a quien busque orientación en mis escritos le puedo decir dos cosas: que seguramente no es el mejor sitio para buscarla pero que, en cualquier caso, si va a comer a Santiago puede ir hasta A Tafona con confianza y con expectativas. Y ahora brindo por su gente, por ejemplo con algún tinto gallego como los que disfrutamos allí. Salud.


24 comentarios:

  1. Tal vez su principal handicap es precisamente que están en un hotel. Yo mismo estuve allí hospedado en mi última visita a Santiago y no fuí al restaurante...

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  2. Toni, eso es parte de lo que no entiendo. Hay suficiente información para saber que existe y cómo es al margen del emplazamiento. ¿Crees -por ejemplo- que es un problema para Deloya estar donde está?

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    1. Pues un poco sí. Hace más de año y medio que no voy a Deloya pero las dos últimas veces cenamos solos en sábado por la noche...

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  3. Coincido con los dos, por un lado el handicap del hotel, pero por otro la infromación. Supongo que el boca a boca tendria que haber dado ya sus frutos. En breve me hara una escapada a Valladolid, si alguien tiene referencias....yo ninguna. La de bilbao volvio a coincidirme mal, fuimos al Zortziko de sabado y pensabamos ir al Mina de domingo, pero...cerrado...es que no apunto!. El resto de pintxos y Txakoli...que bueno y que caro ye Euskadi!! :-)

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    1. ¡Cómo que no tienes referencias de Valladolid! :-((((
      Pues ¿para que está el blog hermano de éste?.

      http://www.cigalitas.blogspot.com.es/search/label/Valladolid

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    2. Juas!!! tambien tienes razon!!! :-)

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  4. Estoy de acuerdo contigo en que hay cosas difíciles de explicar, para mí es uno de los tres mejores restaurantes de Santiago, con todas las letras, y eso no es decir poco. No tenía noticias de que les fuera tan mal como comentas en tu post, pero sí es cierto que en mis últimas dos visitas vi el mismo panorama que tú: el local prácticamente vacío. El diagnóstico no es fácil, puesto que hasta por una vez la calidad que atesora este restaurante se ve reflejado en Tripadvisor (actualmente colocado en el ¡número dos! de los locales compostelanos). Menú del día im-pre-sio-nan-te para la ridícula cifra de 15 €, menú de tapas por un poco más, multipremiados en el concurso Santiago(é)tapas, alta calidad del producto, etc, etc... A mí personalmente me cabrea mucho que iniciativas como la de esta gente no triunfen, y que después un mesón cualquiera de la Rúa do Franco esté hasta los topes. La única recomendación que les podría dar es que usen más el comedor, ya que el ambiente puede resultar un poco informal en exceso en la sala principal. Les deseo suerte, porque se la merecen, y a veces con un poco es suficiente como impulso a una carrera que no está donde corresponde. Enhorabuena por el blog. Un saludo desde Galicia. Xosé.

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    1. Gracias, Xosé, un saludo también para ti, bienvenido.
      No quería hacer sangre pero tú, desde el propio terreno, lo has dicho: cualquier comistrajo en un cebadero de la Rúa do Franco (o de sus vecinas) se vende y este menú exquisito tiene dificultades. ¿Seremos tan tontos de verdad?

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    2. Yo estoy convencido de que sí, somos tontos. Y de los gordos, además. Y, por favor, haz toda la sangre que quieras. En ocasiones como ésta creo necesario limpiar el tejido muerto y dejar la herida al aire, bien visible. Un saludo.

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  5. Pues a mi la explicación me parece muy sencilla ( y la solución muy difícil):
    Somos un país de chigre, chiringuito, sidrería, pulpería, tasca...etc. Apreciar un restaurante, no sólo la comida, sino el servicio, la sala, la vajilla...etc. requiere una educación previa, e incluso cierta sensibilidad.

    Durante los años previos a la crisis el dinero circulaba alegremente y había para todos, pero no nos engañemos la mayoría de los restaurantes de autor sólo sobrevivían a duras penas. Ahora se acabó la fiesta y a estos restaurantes sólo vamos cuatro "gastrochalados" (cuando podemos) y algún miembro de la burguesía tradicional, aunque éstos suelen acudir más a los restaurantes de corte clásico.

    A quién no le ha pasado el defender ante algunos amigos las bondades de cierto restaurante y llegar a convencerle, incluso, que un pescado o una carne se sirve al mismo precio que en la sidrería X, que los postres son estupendos y mimados, que los dueños y el servicio son encantadores. "Sí, pero a mi préstame el ambiente de la sidrería y que pongan el partido" contestan.

    U otra (esto me lo contaron ayer por la noche): "Yo, si voy a Galicia ye a comer pulpu y mariscu, poníennos una parrillada de mariscu que no cogía en la mesa por 55 euros" me cuenta un conocido con cara de satisfacción.

    La última: Jorge ¿tú a que porcentaje de la gente que va a comer o cenar fuera crees que le gustaría el plato de verduras que ilustra este post?
    Yo creo que a la gran mayoría no sólo no le gustaría sino que les produciría rechazo.


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    1. Seguramente tienes razón, Manu. Cada vez estoy más "fuera de juego" y ya ni sé si quiero verlo. ¿Batalla perdida? Quién sabe...

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  6. Hola a todos,
    el cacareado mantra de que lo bueno de la crisis es que sólo quedarán los mejores es otra más de tantas mentiras. ¿Cuántos negocios conocemos que son buenos en lo que hacen y echan el cierre mientras ordas de mediocridad medran sin parar en el sector?

    Saludos,

    Jose

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    1. Hola, Jose. Totalmente de acuerdo, así lo apuntaba en el post.

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  7. Yo estuve este verano y solo puedo comulgar. En Santiago hay criterio suficiente para que este proyecto subsista. No lo entiendo

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  8. Con más calma me paro a pensar. Respecto a los buenos argumentos de Manu para explicar la evolución de cierta restauración creo que algo sigue fallando aquí. El planteamiento de A Tafona no lo veo con tantas pretensiones, ni tampoco su adaptación a los tiempos a través de menús más asequibles (vamos, para asturianos, que es mucho más Ca Suso que L'alezna en su día o El Corral del Indianu, para entendernos). Incluso diría que hay en la misma Santiago un local muy parecido, equiparable, al que sí ha tocado la suerte y que tiene resultados muy diferentes.
    En fin, en estos asuntos no es la razón la que manda.

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    1. Después de la desagradable sorpresa que me llevé leyendo tu post, yo también estuve pensando, y por lo que veo, casi exactamente lo mismo: te refieres a Acio, ¿cierto? Un saludo.

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    2. Exacto, en Acio estaba pensando. Y me alegra mucho que a ellos les vaya bien porque lo merecen, como detallaré en el artículo correspondiente dentro de unos días, que también estuvo entre los visitados. Pero quien los conozca podrá decirlo. ¿Por qué en un caso sí y en el otro no?

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  9. Básicamente de acuerdo con Manu y Xosé, no me queda otra que un rechinar de dientes por esta situación...

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  10. Qué tiene la calle Gascona de Oviedo? Calidad? Buena sidra? Buen servicio? Sin comentarios. Ojo, que soy carbayón. Alguno se salva, no seamos papistas. Comentar que los que sobreviven no son los mejores, sino los que mejor se adaptan. Y por otro lado, la mayoría tenemos poco criterio, nos conformamos la mayor de las veces sin valorar, ni comparar. A dónde va Vicente? McDonals declara 200M de € de beneficio en España... Hace unas semanas fui a comer el menú a la Nueva Gruta, decepcionante, sin más, 4 mesas, ni bodas, ni bautizos, ni ná, con lo que fue, había hasta salones privados en los que las propinas eran de miles de pesetas! A Tafona, apuntado queda.

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    1. Buenos apuntes, Triki, es la verdad.
      Si vas por Santiago apunta, apunta A Tafona, no te va a defraudar, creo.

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  11. Estoy de acuerdo con Manu en lo que comenta, son así las cosas.
    no creéis tambuién que el problema es que quizá - no lo se, pura especulación- alrededor hay varias ofertas de menus a 8/10 €?.
    Es cierto que le cliente no está obligado a saber, ni a tener cultura gastronómica, ni siquera uh mínimo de criterio y exigencia pero por ello también es cierto que tenemos el nivel de hostelería que tenemos, por lo tanto, si incrementamos precios aunque esté justificado- local, producto, servicio -, puede haber problemas como los que estamos contando.
    No lo sé pero me gustaría saber cuantos menús dan en 180 ºC a 16 €- quizá sea lo análogo aquí a Tafona- y cuantos dan en cualquier sidrería de Gascona por poner un ejemplo. Pues el otro día piqué con un familiar en uno de los que fue estandarte de esa Zona, el Pigueña y aunque no incomestible era malo, muy malo y el servicio?, a lo bruto y por 11 €.
    Hay que encontrar el punto medio entre la calidad y le precio y generar conversación suficiente como para que la "masa" acuda, no es solo una única cosa, son múltiples.

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    1. Es otro argumento, Sibaritastur, pero pienso que, aun con poca información, el tipo de cliente es distinto en cada caso. Yo nunca entraría en una ciudad X que no conozca en cualquier local que anuncie menú sin saber más, y especialmente en una zona/calle que sea un campo minado, un continuo de pizarras y camareros al asalto porque sé lo que puedo esperar. Añade que A Tafona no está en medio de las rúas de Santiago del estilo de esto que acabo de citar, las equiparables a Gascona.

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